El ahorro energético es uno de los medios con los que España podrá afrontar el triple desafío de la recuperación económica, la dependencia energética y el cambio climático. Además, cuidar el entorno en el que vivimos es una necesidad social, y gracias a la reducción del consumo energético podemos contribuir a esta causa que afecta a toda la población. Consumir menos energía, además de suponer un ahorro de los recursos naturales, disminuye el gasto en todas aquellas instituciones, empresas o particulares que decidan llevarlo a cabo.
Muchos profesionales del sector de la energía prefieren el término de eficiencia energética frente al de ahorro. Defienden que hacer un consumo responsable supone consumir la energía de manera eficiente. Reducir el gasto energético no supone pasar carencias, sino hacer un uso racional y sin derroches. No se trata de dejar de recargar baterías, trabajar a oscuras o no poder utilizar el aire acondicionado en verano y la calefacción en invierno, sino de hacer un uso responsable pero sin excesos que se adapte a las rutinas diarias. En definitiva, hacer un uso eficiente de la energía disponible. La tecnología es una de las ayudas más significativas en este objetivo.
Big Data es una de las tecnologías más punteras y sofisticadas para ayudar en el ahorro energético. Con un análisis de los datos avanzado es posible hacer un cálculo estimado del gasto de energía que se necesita realmente, y la aplicación de la tecnología permite aumentar la eficiencia en el uso de la energía. El análisis de los datos energéticos con técnicas Big Data de analítica descriptiva permite estudiar, visualizar y gestionar toda esta información y, como consecuencia, consumir de forma mucho más eficiente. Con analítica predictiva se puede realizar una estimación del consumo rebajado para planificar el ahorro de la energía.
En el sistema eléctrico se han realizado avances gracias a la aparición de los contadores y redes inteligentes también llamados smart meters y smart grids, que realizan una importante labor en la identificación del gasto de la energía. Estas herramientas son capaces de cuantificar y comunicar casi en tiempo real mucha información a la compañía eléctrica distribuidora y al usuario. Entre los datos que ofrecen está el consumo real lo que permite vigilar el consumo y acomodar la tarifa contratada a las particularidades de cada usuario. Así, la implantación de redes y contadores inteligentes hacen que se fomente el uso responsable de energía, y permiten reducir el gasto de empresas y particulares.
Para proporcionar un suministro de electricidad seguro, económico y sostenible, las redes inteligentes integran a las tecnologías de la información con las infraestructuras eléctricas actuales y proveen un gran volumen de datos sobre el comportamiento de todos los actores conectados a ellas (quiénes generan electricidad, quiénes la transportan y distribuyen, y quiénes la consumen). Aplicando las técnicas Big Data de explotación de algoritmos avanzados, como redes neuronales, máquinas de vectores soporte, y otras técnicas de aprendizaje automático, y también técnicas de simulación, se puede ayudar a las empresas del sector de la energía en el análisis y tratamiento de la gran cantidad de datos que generan y almacenan a diario. Analizar estos datos, extraer patrones de comportamiento y realizar predicciones sobre los mismos es de vital importancia, pues esto permite mejorar la eficiencia de los servicios y la toma de decisiones en las empresas.
Actualmente existe una conciencia global sobre la problemática que suponen los derroches energéticos y desde todos los estamentos se incentiva y anima a utilizar energías renovables y a reducir el consumo. Por ejemplo, en España, en 2017 la energía eólica ha sido la segunda en el sistema energético de nuestro país. Los 23 GW instalados han producido más de 47 TWh, casi un 20% del total de la electricidad consumida. Las tecnologías Big Data facilitan la tarea ofreciendo una mayor precisión en la predicción, que permite gestionar mejor el complejo sistema de producción energética de nuestro país.
Las técnicas de Big Data tienen multitud de aplicaciones y usos y la eficiencia energética es uno de ellos. Estas herramientas ayudan a que se racionalice el consumo y como consecuencia se reduzcan las emisiones de CO2. Así, la analítica basada en Big Data también sirve para combatir la contaminación que es sin duda una de las principales preocupaciones para gobiernos y población. En este contexto, es fundamental poner todos los medios posibles para lograr frenar el consumo energético que lleva implícito reducir la contaminación y la apuesta por un futuro sostenible. España, como parte de la Unión Europea, ha firmado diversos protocolos y acuerdos para disminuir el consumo de energía primaria y las emisiones. Por ello, cualquier iniciativa o herramienta que traiga consigo rebajar el gasto de energía debe ser apoyada porque supone un beneficio para toda la sociedad y para el medio ambiente.
FUENTE: Álvaro Romero, Data Scientist en el área de Health and Energy Predictive Analytics en el IIC.
http://www.tercerainformacion.es/opinion/opinion/2018/05/31/ahorrar-energia-para-ganar